¡¡¡Ya bien lo sabía en gran Kokoschka!!! Eso del viento es una experiencia extasiante, de los momentos mas placenteros de mi interacción con la naturaleza. Estaba yo el viernes en la terraza de donde laboro y viví de nuevo esa sensación. Hacía un viento que por imposible que pareciera, limpió el cielo del DFectuoso. Me vino a la mente una imagen que llevo conmigo desde la infancia, en donde estoy parada frente a un valle lleno de trigo y el viento es tan intenso que mecía fuertemente cada espiga uniforme al sonido intenso que provoca una ráfaga de viento de tal magnitud, y precisamente de esa escena viene una de mis fantasías, pero eso no será tratado en este post. Naturalmente vino a mi otro anclaje: el ir con mi hermano en la parte trasera del auto en esas vacaciones por la república mexicana, cada quien en su ventana y sacar la mano para que el viento le diera dirección simulando un avión (fue ahí en donde comprendí como carajos era que un avión volaba), acto seguido ponía mi cara en la corriente de aire que me provocaba una ligera sensación de asfixia y lo mas sorprendente fue que entendí el por qué decían que el viento quemaba, pues después de un tiempo de estar expuesta al viento cerraba la ventanilla y sentia toda mi cara caliente. Sin duda no me cansare nunca de que el viento llegue, me envuelva, juegue con mi cabello, se aleje y vuelva de nuevo al mismo ciclo. Imagen:
Die Windsbraut - Oskar Kokoschka
Creado en 2006
No comments:
Post a Comment