Y salí,
manejé,
llegué hasta ahí.
El tiempo no ha logrado cambiarte nada, cada detalle de tu rostro sigue intacto como en mi memoria. Esta tarde no fuiste el texto que aparece en mi pantalla cada mañana, hoy se cruzaron nuestras palabras.
Y nos miramos,
nos sonreímos,
nos abrazamos.
Y volví a sentir que sólo de verte mis intentos por gobernar mis instintos son nulos, mi autonomía se ve derrocada con sólo sentir tu cercanía. Y de no ser por los testigos que cohibieron mis impulsos, un beso te hubiera arrancado vida mía.
Y me contuve,
me dejaste ir,
me fui.
Fotografía: Orlando Estrada
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