Nunca encontraré el amor. No es fácil vivir conmigo, me canso de la gente, me saca de quicio. No importa. Lo que me dio miedo fue que me sentí aliviada.
Voces, diría. El sonido de sus voces, eso es lo que más extraño, eso es lo que primero olvidas. Luego los rostros, borrosos, menos precisos. Tienes fotos, nadie envejece. Incluso los recuerdos se van borrando, los cambiamos, los hacemos más bonitos, Pero las voces, una vez que las pierdes se van para siempre.
Es raro, lo que más recuerdo son los perfumes. A veces lo huelo cunado estoy en medio de una multitud. Por un instante siento que está ahí.
The portrait machine project book by Carlo Van Der Roer.
Ahora está obscuro pero sienten la respiración el uno del otro, y saben todo lo que necesitan saber.
Se besan y sienten sus lágrimas en las mejillas.
Y si queda alguien para verlos, lucen como amantes normales: acariciando sus rostros, cuerpos juntos, ojos cerrados, inconscientes del mundo a su alrededor. Porque así es como la vida continúa, de esa manera.
De acuerdo al argumento de Lacan, la fantasías deben de ser poco realistas porque en el momento, en el segundo que obtiene lo que se busca ya no se quiere, ya no se puede querer. Para poder seguir existiendo el deseo debe de tener ausentes sus objetivos permanentemente. Lo que se quiere no es el objetivo sino la fantasía del objeto. El deseo avala las fantasías más absurdas.
A eso se refiere Pascal al decir que solamente somos felices cuando soñamos despiertos con la felicidad futura. O ¿por qué decimos "cazar es más glorioso que matar"? o "cuidado con lo que deseas", no porque lo conseguiremos, sino porque al conseguirlo, estamos condenados a no desearlo más.